El Corazón de Los Andes

Lugar: Espacio El Dorado

Fecha: 29.04.2017-01.07.2017

Artistas: Antonio Bermudez, con texto de Halim Badawi; Francisca Jiménez con texto de Nathali Buenaventura; y Leonel Castañeda con texto de Carlos Rojas Cocoma.

El Corazón de Los Andes, además de ser el nombre de esta ciclo de exposiciones en Espacio El Dorado, es el título del cuadro paradigmático del paisaje americano del siglo XIX. Aunque enorme, exige de una lupa para detallarlo, con colores cálidos y dramáticos y varios planos que construyen la profundidad del espacio. Fue hecho en 1859 por Frederic Edwin Church, un norteamericano de la Escuela del Río Hudson, parte de la generación de pintores que se encargaron de inventar el paisaje, como ventana, pero también como posibilidad de dominio del hombre sobre la naturaleza. Así, abordo el cuadro sólo para tomar de él su nombre y su referente: El corazón del los Andes y el Chimborazo, el pico nevado que se levanta a 6.268 metros sobre el nivel del mar en Ecuador, el punto más cercano al sol.

Los Andes son la cadena montañosa más larga de la tierra. Son el punto de encuentro de las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana. Su apariencia cambia a medida que recorren el continente, fragmentándose y sumergiéndose por el camino. A veces son amarillos como en Chile, a veces son verde encendido como en Colombia. Y sin nunca ser el mismo, siempre son uno solo. Existe una alianza económica que toma su nombre, La Comunidad Andina de Naciones. Los países miembros son Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú. Dentro de los asociados están Chile y Argentina, pero que tengan el mismo status que Brasil demuestra que esa comunidad andina es solo una ilusión. Venezuela ni siquiera es asociado, lo único que lo mantuvo atado a lo andino fue el color vino tinto del pasaporte, al que renunció en el 2015 para unirse con Chile y Argentina en pro del azul de Mercosur.

Distantes de las representaciones caribes y tropicales que dominan el imaginario de lo latinoamericano, los países andinos son difíciles: para ir de un sitio a otro, hay que recorrer la distancia más larga, evitar sus picos y laderas. La montaña ubica en el territorio, ancla a los puntos cardinales. Un Bogotano en Sao Paulo o Londres, grandes metrópolis sin montañas, pierde el sentido de orientación y la conexión del cuerpo con el mundo. Cuando se mira el propio territorio también se habita, a diferencia de cuando el extranjero lo mira para limitarlo o inventarearlo. Si la montaña deja de ser parte del horizonte se convierte en metáfora del cuerpo. Los ríos son arterias, el cerro tutelar de cada ciudad, su ombligo; las raíces de los árboles que están en los separadores de las avenidas en venas, y los Andes la columna vertebral, ya no de América sino del mundo.

El Corazón de Los Andes en Espacio El Dorado es un proyecto en construcción. Una tentativa que busca recorrer, desde las propuestas de distintos artistas que vienen del contexto andino, lo que significa ser de un lugar unido y al mismo tiempo aislado por su topografía. En esta primera exposición los tres artistas que participan abordan formas de mirar y de crear paisaje. En el trabajo de Bermúdez, se toma la vista exotizante de Humboldt para demostrar como los imaginarios rígidos han sido reinterpretados en distintos contextos culturales y como cambia su significado nuevamente al devolver las representaciones a su lugar de origen.La obra de Jiménez hace hincapié en la subjetividad de la construcción del paisaje, haciendo un esfuerzo consciente por entender y reconocer los Montes de María confrontando múltiples realidades. Y, el cuerpo se hace paisaje en la propuesta de Castañeda, donde la respiración del objeto alude a los movimientos telúricos así como también a la respiración de un ser vivo.

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